viernes, 18 de abril de 2008

Observatio


La lluvia afuera le hacía caminos de agua
al ensueño,
mientras un rumor de besos que de ti nacían
escribía leyendas invisibles
en mi cerebro.
Me dejé llevar por la soledad del momento,
atrapado por la calidez del recuerdo.
El frío, el gris del otoño, el tiempo,
imaginaban al mundo tras las ventanas de la estancia.
Adentro,
envuelto en un silencio casi táctil,
crepitaba el deseo.
Llegó la tarde,
airada, tenuemente soleada,
y acaeció la noche con su luna negra
y su infinito lamento de luces y sombras.
En el viento
habían sonatas de búhos en celo,
y envuelto en la distancia se escuchaba
el parlamento monocorde de algún perro.

(By courtesy of Shlevs, Prince of Calm)

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