domingo, 10 de junio de 2012

Amargor


La de horas que le robé al sueño soñando al borde de tu boca....
Pero la vida se me va quedando sin atajos, querida,
y el camino esta noche se me hace muy largo.
Escribo tras la puerta cerrada, tal vez porque sospecho
que no habrá más visitas esta noche y porque siento
que los versos ya envejecen en mi pluma
-la tinta invisible transparenta mis más nimios secretos
y mis increencias quedan demasiado expuestas-
al tiempo que mi pasión por ser yo en ti,
tú en mi cuenco de cenizas, se va desvaneciendo.

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