miércoles, 22 de diciembre de 2010

Atraco

Impotencia, cólera, vergüenza, desamparo...Sentimientos encontrados. Y una pregunta que pasa y repasa una y otra vez por mis neuronas: ¿Hacían falta tantos y tanto para llegar a esto?
Sin embargo, lo peor del BRUTAL RECORTE de derechos a los educadores y sanitarios llevado a cabo ayer noche, más el robo (y ya van dos este año) lerdo e injustificado a nuestros sueldos no es el sólo hecho en sí ya bastante burdo de que nos hayan metido impunemente la mano en el bolsillo con la desfachatez del que usa y abusa de los dineros ajenos como si fuesen suyos, sino que en esta hora de la cólera justa y del señalamiento culposo ya no hay enemigo visible y concreto contra el que gritar airado con el alma llena de hiel y justo enfado.
Cuando lo hizo ZP esta pasada primavera, muchos pensaron: "¡Ah, vaya unos ladrones estos sociatas! El PP no haría cosa semejante..."
¿Y ahora qué, señorito Valcárcel? ¿En esta peli que usted abrió ayer noche con la nocturnidad del ladrón, y la alevosía del que se sabe respaldado por aquellos que tienen a la cultura del pueblo murciano como badajo de campana electoral, que sólo suena cada cuatro años y siempre que hayan suficientes migajas y sobras caídas bajo la mesa del banquete, ahora quién es el bueno y el héroe respetable y respetado de este inacabado film? Porque de feos y de malos ya vamos estando hartos, muy hartos.

Pero como decía al principio, lo peor de todo es que para el odio y el rencor y hasta para la venganza, necesitamos un enemigo, un rostro, un chivo, un ideario personificado en alguien o en algo; por eso, ahora que estamos rodeaos por tós laos como los vaqueros en aquellas entrañables películas del oeste de mi infancia, inundados por el fango que acumularon tanto la diestra como la siniestra en estos pasados años, uno echa de menos a alguien, a una facción siquiera del bando social o político de este tantas veces ridículo país de países a quien gritarle con toda el alma "¡¡Cabrón!!.

Deseamos identificar al hacedor supremo de tanto entuerto, pero ¿por dónde empezamos? Los Mercados, Zapatero, Valcárcel.....Demasiadas caras (¡y qué caras, madre del amor hermoso!) para tan pocas balas que nos van quedando a los de siempre, a los de toda la vida desde que el mundo es mundo, a los que desde siempre hemos creído que el buen trabajo debe ser reconocido y justamente remunerado, a todos aquellos que desde hace treinta años pusimos la fe y la confianza en el derecho a dormir cansados de la tarea diaria y con la conciencia tranquila que da el deber cumplido, sin que por la noche vengan los ladrones, los de siempre, los de toda la vida, y te roben la cartera y los sueños de una vida vivida -o al menos deseada- desde la dignidad.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Soledad (duetto)



Me faltas tú,
porque no es suficiente
que el silencio acalle
mi incómoda presencia,
porque tu ausencia
me preña de ti,
porque sin tu compaña
el verso inhabitado
reposa grávido e inerte,
y esta paz sin límite
empaña todo lo que deseo decir.
Porque sólo soy un rumor de ti
cuando no estás,
porque no me basta
que mi memoria de ti
se bañe en las orillas lejanas
de tu recuerdo,
cuando mi yo más prístino
se bañaba entre los juncos de tus dedos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Epigrama



Ante los ataques burdos que una dama sufría en cierto foro de Internet por parte de algunos foreros, se me ocurrió componer este sencillo epigrama a su favor, como consuelo -que no de tontos- y como defensa de su honor. Va por ustedes, escasos lectores de este blog.

Vistámonos al menos nosotros de cordura
y que la locura allegue a ellos,
los que maldicen mi suerte
de verles tal cual,
tan horros de la palabra con sentido,
tan brillantes en la espesura de sus naderías
y sin embargo tan abundantes de oscuridad
en sus dichos.
Bien a las claras se adivina
que el tiempo de gozar
de prudente e ilustrada compañía escasea.
Aclaro y confirmo con estas letras
que no lo digo por vos, señora mía;
pecado fuese si así lo fuera.
Lo pienso y así lo proclamo por lo que en esta república
de palabras y sentencias varias se ventea.
Palabras que a veces nacen merecidas,
pocas, más bien, me atrevería a jurar...
El resto, creedme, es pura verborrea.

(La foto que acompaña al poema es de Patrick Desmet)