domingo, 3 de octubre de 2021

Catedral


Dicen que hubo un tiempo

en que la luz era piedra viva,

cuando la palabra escalaba alturas

desde las que derramarse,

y en el que los hombres arañaban

los sueños más hermosos

del dios que ellos mismos edificaban.

Aquellas rosas iluminadas

sostenidos sus cielos por gráciles columnas,

cobijaban altares y capillas

ante los cuales se ofrendaban

las silenciosas oraciones de sus gentes sencillas,

sangre y sudor, trebajos, dolor, penas,

gozos pequeños y pronto caducos,

alegrías sinceras poco transitadas,

a la luz de humildes plegarias

que cobijaban con su tenue fulgor

ilusiones vanas, sueños, esperanzas.

 


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