lunes, 15 de junio de 2020

Últimos valientes



Afilaban sus espadas y aseaban sus mosquetes

a la luna sangre de la noche;

le darían justo valor de vida y de muerte

a sus últimas horas

en aquellas tierras frías y húmedas del Flandes,

porque en aquel revuelo nervioso

de brillos acerados y silencios,

aquellos bravos sabían

que todos ellos despertarían

más allá de la suerte esquiva de los tiempos,

abandonados por su rey, quizá,

pero con la honra henchida del que sabe hacer

lo que hay que hacer y corresponde

 

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