martes, 6 de septiembre de 2011
Frente a frente
De amores encendidos y de congojas,
de palabras que edifican la pena
entre azules visiones de la nada.
O mejor de no hacer nada,
absolutamente nada, y callar, silencio,
y de prestar oídos a la necesidad
hecha piel de pluma y viento.
O quizá se trata de caminar sin tregua
hacia la cicatriz del momento,
plantarle cara y pedirle que deje de pagarnos
el salario del miedo,
que de la mentira se despoje
y que deje hablar a todo aquello
que equivocadamente dimos por muerto.
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