sábado, 13 de agosto de 2011

Calores murcianos


Hace siete años y por estas mismas fechas, publicaba yo en el semanal ciezano EL MIRADOR este desahogo estival nacido de la rabia y del sudor.
Como ahora las circunstancias son casi las mismas -me refiero a las externas; las internas han cambiado bastante; siete añicos más, ¡Jesús, María y José...!- he pensado sacarlo del baúl de los recuerdos, que dicen, para que a los "suresteños" que me lean no se les olvide la sana costumbre de quejarse del lado que más nos pica y duele en estos meses del veranico murciano. Va por ustedes de nuevo.

NOTA: Aconsejo que se adopte la voz y el ceño cabreado de Fraga Iribarne cuando se lea...Va más esto por los mayores; los jovenzuelos ya no saben quién coño es y fue Don Manuel, aquel que quiso ser el dueño de la calle, de cualquier calle española; hubiera dado gusto verlo ahora en la Puerta del Sol madrileña; lucha brava entre dos buenos toros de casta: los del 15-M y él mismo.


Asqueroso, sencillamente asqueroso, si señor, hay que decirlo....
El verano en mi tierra es eso: asqueroso, y hay que decirlo sin arrumacos, con contundencia, sin ira-libertad-sin-ira, pero sin disimulos ni paños calientes (¡más calor no, por favor!)
Porque es asqueroso el estar casi todo el día bajo los efluvios del aire acondicionado, enlatado en el clima artificial que te seca las narices hasta sangrar, ¡manda huevos!; porque está uno ya hasta las mismas de ver que mientras los unos se tapan para dormir allá por el norte, por aquí los otros nos destapamos hasta la piel para pegar un ojo; que los dos ya es pedir demasiado.
Porque es asqueroso el ver los modelos de predicción meteorológicos por la mañana temprano y comprobar cómo te engaña el Instituto Nacional de Meteorología, el GFS americano y la madre que parió a ambos los dos, que te prometen brisicas de levante y aluego te llega el "ponent" o el sur sahariano, que no sé cual es peor de los dos, o cual más asqueroso....

Porque es asquerosa la envidia que sentimos los suresteños por las demás tierras de este país llamado nación de naciones y antes España, cuando comentan cómo ya pueden salir a pasear, cómo ya pueden acostarse a dormir, y no a correr la maratón del sueño en la que nunca gana Morfeo, sino el Sr Sudor y el Sr Insomnio...
Porque cuando me veo a los moricos que nos inundan después de dejar tiradas en las playas sus pateras y sus camarotes de primera, me hago cruces pensando que son ellos los embajadores del desierto que nos agobia un poco más allá de Gibraltar y que a la larga (que dicen que la tienen ) nos declararán la guerra del calor en la que nos correrán a gorrazos (de arena, claro) y nos ganarán por vergonzante goleada.

Por aquí en Murcia en verano no hay más oasis que el mediodía agarrado a la birra fresca en casa o en el bar, mientras dejas fuera el relumbrón asqueroso quemando el asfalto, o sacándoles la lengua a los probecicos pinos del monte, que están que paice que les va a dar algo como no llegue pronto octubre y sus "gotas frias" (ahora finamente las llaman "danas") dando un salto de gracia y agua por el candelario.
Porque a mí que no me digan que en las playas estos días de escaladas termométricas se está mucho mejor, que uno sabe de la combinación letal de calor y humedad y no sabe qué es peor, si que te coma el verano rebozao en nuestra propia salsa de sudor inquebrantable o a lo crudo.

Me dice mi maestro Zen: Pequeño saltamontes (¡joder con el maestro, a mis años...!) ten cuidado con tus palabras, no pierdas la ecuanimidad, o sea, no me pierdas los papeles. Que el mundo en que vivimos es un mundo especular, o sea, que lo que vemos fuera está ya dentro.
Pues qué bien.....
Y yo le contesto que sí, que no pierdo la ecuanimidad, que estoy sereno, terriblemente sereno pero muy enfadado, asqueado y un poco hasta depre.

Pues si el mundo es especular -le digo al maestro- y el verano es maravilloso en Murcia, y si realmente soy yo el que pervierte las sensaciones que me vienen del exterior, pues de acuerdo; pero no por eso deja de ser este verano un tiempo asqueroso para vivir y hasta para morir si me apuráis un pelín.
Y si el verano soy yo (por lo del mundo especular, digo), pues yo soy "el verano asqueroso", hay que decirlo, sí señor, soy el verano asqueroso, así, sin dejar que la cólera encienda mis opiniones, siendo justo, ecuánime, sin que me tiemble el pulso de la palabra mientras busco la "q" con la "u" en el teclado...asqueroso, asqueroso...
Pero como a terco no hay quien me gane ni a imaginativo tampoco, esta noche pongo a tope el aparato del aire acondicionado, saco las mantas paduana, el pijama y hasta el orinal de mis antepasados; y mientras espero a que el sueño se atreva a venir a mi cuerpo serrano y olé, me voy a poner la serie completa de "verano azul". A ver si entre el acordeón del Chanquete y la guitarra de Julia dejo pasmao a mis neuronas y las sitúo en stand by aunque sólo sea por una noche, sí señor, hay que decirlo.
Y con esto no tengo más que decir; buenas noches.



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