Así pues, alèjate de los que se duelen del cuerpo
y pasean su alma en carne viva,
aléjate de los
enfermos, de los padres ancianos
que ven los trenes de la vida en negro
mientras esperan en el anden de las despedidas,
aléjate de los que
mendigan una palabra amable,
una mirada que les de el existir, un
abrazo, quizá.
Aléjate del desesperado que nació ya estrellado
pero cuya
noche no conoce el dia,
aléjate del feo y
de la fea,
del gordo y de la gorda,
del tímido, del pobre...
Dicen que es contagioso.
Aléjate del que lo intentó todo,
de aquel que un
dia se le torció el sendero
y camina a todas horas al borde del
precipicio,
aléjate del triste que a solas y en silencio
bebe el amor en copas de melancolía.
Aléjate de todos ellos.
Vivirás con medio corazón, pero serás
feliz,
medio feliz, medio hombre, media mujer,
en tu medio mundo de
media vida
con tu dios (y tu demonio) de mentirijicas,
pero ¿què importa?
De alguna forma hay que medio vivir, ¿no?
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