La noche y la playa, y el día tendido en su arena,
rescoldo de este
verano ya casi ceniza;
y la mar y yo, a solas, latiendo
sólo para mí al
ritmo húmedo de sus olas
mientras mi figura y mi son,
poco a poco se
desdibujan.
Las preguntas surgen,
eternas en su ilógica,
pero aqui y
ahora no hay respuestas,
ni debe haberlas
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