lunes, 2 de junio de 2008
Lluvia, humus del alma
Leemos en Blake: "la eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo". Los días bajan caudalosos, como colmados en su furor por las lluvias que no abandonan mi tierra, y la mirada se contagia de la tibieza doméstica, tan dulce, que parece razonar en un idioma trabado en el remoto refugio de las horas de una infancia soñada.
Tras mi ventana la jacaranda y el ciprés se mecen bajo el suave azote de la lluvia, cálida y constante. "La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo": uno esperaría revelaciones en antiguos pliegos, o el embate de la visión seráfica, o la premura del contacto desnudo más allá de cualquier posible refrigeración. Sin embargo las horas parecen no pasar, sino sedimentarse prudentemente, generando en el humus del alma algún oscuro mineral cuyo destino apenas podemos entrever.
Hoy florecerán amapolas ya tardías y el cauce de los torrentes se enturbiará en su abundancia impetuosa. La tierra se remueve, herida de fecundidad y futuras luces. Este es el tiempo creador en la soledad de Adán, este es lenguaje eterno de la fugacidad.
Shelvs, Prince of Rain
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3 comentarios:
Vaya!!
Con tanta lluvia estos días
te debe de haber inspirado xD
Tu hijaaaaaaaaaaaa!
Hermosa la foto, intensa la entrada. Me gusta especialmente la paradoja final: el lenguaje eterno de la fugacidad.
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