lunes, 18 de febrero de 2008
Queja
Conozco el páramo del deseo,
he habitado en el hueco de la palabra.
No elegí la cárcel como caricia
ni le otorgaron un juicio justo a mi inocencia.
deambulé entre el escarnio y la risa,
y sin herir conciencias
fui herido cobardemente en la mía.
Pero me hicieron rey sin quererlo,
me regalaron cayado, dama y alcancía,
y desde la altura de mi edad madura
gobierno cielos de papel,
paraisos de poeta
y caminos por donde mi alma deambula
entre la escarcha y la ceniza.
(By courtesy of Shlevs)
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