domingo, 10 de febrero de 2019

Desierto interior


Ayer volví a visionar Far from the madding crowd; contemplar a la Christie en toda su esplendorosa madurez, no tiene precio...
Pues por ahí estuve yo esta mañana, lejos del Torra, del Sánchez, de la derecha tripartita y de la izquierda progre y discapacitada, con Machado, haciendo caminos en el mar de tierra y piedras cstellano; mar reseco y solitario, despoblado de barcos y marineros, aquellos que haciendo surcos en el suelo daban de comer a todo el mundo.
En la foto, uno de esos caseríos abandonados, barcos sin vela ni gobernalle varados en su propia memoria, olvidados, mudos, chimeneas sin humo ni uso, ventanas que no alumbran ni por las que nadie mira o sueña, muros que ya no abrigan a nadie, meros recuerdos de lajas y arcilla al albur de la interperie, a merced de las olas del tiempo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Empezamos renunciando a los surcos y terminaremos abandonándonos a nosotros mismos, así me equivoque, mi querido escritor de cabecera.

Pedroluis Almela Valchs (M.J.P.) dijo...

Surcos en el agua, estelas, apenas nada. Un abrazo