Cariño, no escribo estos versos sueltos
para que leyéndolos arrobada me admires,
tampoco los plasmo aquí
para que te enamoren ni de mí te enamores;
no busco la luz de tus ojos que apartaste
de mi senda, ni tampoco, tenlo por cierto,
el pago de un beso cuando de leer esto acabes,
ni siquiera busco que en tu silencio los declames,
ni que te los pongas en el pecho como broche
de mi promesa que jamás hubo,
porque a mis sentimientos opusiste razones
y aquí dentro no hay discurso ni lógica,
sólo y llanamente emociones.
Escribo, cariño, estos renglones rotos cuando me apaña
porque en el fondo, cariño mío, no sé hacer otra cosa
A veces, últimamente, pienso que todo fue un invento fatuo
nacido de una mente por siempre de ti enamorada.
Quedarán cenizas de amor, versos sin besos,
caricias sin respuesta, poemas que ya no entiendo, nada...