Y en la última cena del ultimo día
en la que estaré con vosotros,
os declararé mi amor a todos
viéndoos así, vestidos
con vuestros mejores pecados,
esperando vuestras más abyectas traiciones.
Por todo eso me entrego y muero,
vino y pan encarnado,
para que soñéis ahora con el dulce eco
de lo que mi fiel amor
-más allá de ti, más allá de mí-
os tiene en rica mesa preparado.