Llueve...
El agua y la oscuridad maceran
el alma niña de la próxima primavera,
y en el silencio umbroso de la tierra
una semilla bebe esperanzas,
alimentando el sueño de una flor.
Llueve,
y en el dulce repiqueteo del agua
sobre el ahora yermo suelo,
la vida inicia senderos nuevos
por cuya verde leyenda
nadie antes anduvo jamás