Hoy mi peque cumple 18 añicos. Pasó de niña a mujer -como en la canción - hace unos años, y en este día adquiere todos los derechos y obligaciones que le otorgan condición y carácter de ciudadana con "derecho a voto"...Vaya dilema que le espera a no tardar mucho.
Junto a sus dos hermanos, ya tengo a toda mi prole "criá" y en disposición de vivir sus vidas como mejor sepan y puedan. De hecho sus hermanos mayores así lo hacen tiempo ha y así me consta.
Mi Bea, ese ángel de la guarda que ha sombreado mi dura travesía por el desierto estos tres últimos años, esa morenaza guapa, buena gente como pocas, que ya es libre de escoger y desechar, de ir y de venir....
Y ya ven (reflexiono en voz alta) 18 años y ha sido como un suspiro. Dieciocho años, nada.
¿Fue ayer cuándo nació tan desvalida y tan poquica cosa? ¿O quizá fue ayer cuando yo, su padre, la enseñé a nadar, o cuando la sostenía entre mis brazos para que no tropezara en sus primeros pasos torpes de muñequita frágil e inestable, o tal vez fue ayer cuando yo, su padre, la llevé (su manecica tierna y frágil agarrada a la mía) al mismo cole en donde yo trabajaba?
Recuerdo aquellas noches (tantas...) en las que no plegaba los párpados hasta que yo, su padre, le contase un cuento, o cuando sentada en mi regazo la iniciaba en la lectura y en los manejos del ordenador mientras me hablaba con su media lengua...Tantos recuerdos se agolpan hoy en mi memoria...Sí, parece que fue ayer...pero han pasado 18 años.
-Papa, yo voy a ser maestra de inglés; como tú- me dijo un día muy seria. Mal ejemplo no le di, se ve, cuando durante dos años fue mi alumna en el instituto Diego Tortosa. Pues por esa sendica camina en su ir y venir de la universidad a casa, de su casa a la universidad. Si ese es su deseo, que sea para bien y que los cielos derramen sobre tan buenas y nobles intenciones un diluvio de bienaventuranzas, porque las va a necesitar. Por lo demás, sé que irá muy preparada, porque, además de guapa, también es (legítimo orgullo de padre) un rato largo listica.
Es el sino de cualquier familia que se precie, el abandono del nido de los últimos que llegaron. Vemos poco a poco cómo despliegan sus alicas y..¡hala, a volar! Y a los padres no nos queda otra que, después de pertrecharlos material y espiritualmente lo mejor que hemos podido, sacar el pañuelo y al tiempo que enjugamos alguna que otra lagrimica (o lagrimón), decirles adiós y desearles dicha, salud, un buen trabajo y que encuentre a alguien honrado y cariñoso que la acompañe por los caminos de la vida a mi joven, guapa y muy querida English princess.
Beatriz, may the god which I don't believe in (joé, tengo mis dudas...) bless you, wherever you go, whatever you do.
Your papi.
