Paseos por la ciudad
una tarde de domingo cualquiera.
En el escaparate de las horas
luce un sol con disimulos de primavera
que predica con engaños
en sus aristas de sombras nuevas
verdades que no fueron a las piedras,
promesas imposibles a la eterna espera
de verte cruzar la esquina del destino,
tal como me veías tú,
tal como yo te imaginaba,
mientras el párpado de la noche me sorprende
plantado en la otra acera.
9 comentarios:
Que forma mas bonita de decir que esperas verla pasar... cómo me gustas. Besitos varios.
....Compartiré el copyright contigo, si alguna vez me premian por decir tanta ovbiedad masculina.
Un abrazo
No es lo que dices, en este caso, sino cómo lo dices.
Exacto, Luis. La vida no es como la vivimos, sino como la sentimos.
¿De dónde sacas las fotos?
Digo lo mismo que Pepín y que fotos más bonitas y sensuales
No es difícil conseguir el apoyo visual a mis poemas; la Red es enoooooorme...
Un abrazo a los dos
Ey... me ha hecho mucha ilusion que te pasases por mi blog, te lo digo aqui porque no pienso contestar allí a los comentarios de ese texto. No sabia que me leías. Me ha hecho ilsuión, gracias.
Pues si a ti, que te lee tanta gente, te hace ilusión que yo te comente ese texto tan clarificador de la vida actual...¡imagínate a mí, que tan pocos -pero muy dignos/as- me visitan...!
Un abrazo, amiga del alma.
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