martes, 16 de mayo de 2017

Las obscenidades compartidas



Así pues, alèjate de los que se duelen del cuerpo
y pasean su alma en carne viva,
aléjate de los enfermos, de los padres ancianos 
que ven los trenes de la vida en negro 
mientras esperan en el anden de las despedidas, 
aléjate de los que mendigan una palabra amable, 
una mirada que les de el existir, un abrazo, quizá. 
 
Aléjate del desesperado que nació ya estrellado 
pero cuya noche no conoce el dia,
aléjate del feo y de la fea, 
del gordo y de la gorda, 
del tímido, del pobre...
Dicen que es contagioso.
 
Aléjate del que lo intentó todo, 
de aquel que un dia se le torció el sendero
y camina a todas horas al borde del precipicio, 
aléjate del triste que a solas y en silencio
bebe el amor en copas de melancolía. 
 
Aléjate de todos ellos. 
Vivirás con medio corazón, pero serás feliz, 
medio feliz, medio hombre, media mujer, 
en tu medio mundo de media vida 
con tu dios (y tu demonio) de mentirijicas, 
pero ¿què importa? 
 De alguna forma hay que medio vivir, ¿no?

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