domingo, 19 de abril de 2009

Mi novia resalá


El Maestro Diplomado y Pensador (MDP) y aprendiz de poeta entre otras muchas cosas, ha estado cinco días a la vera de las olas en las playicas de La Manga.
Confieso sin rubor mi enamoramiento de aquellas orillas dobles de la mar, en donde posiblemente he pasado los mejores periodos vacacionales de mi vida y momentos inspiradísimos en los que encontré hospedaje a los sentidos y ternura sanadora a las emociones.
La Manga del Mar Menor es como esas mujeres que no siendo perfectas, tiran de ti sacando emociones y sentimientos que te marcan p'a los restos; y el caso es que no hay explicaciones convincentes del por qué ni del cómo...Pero el idilio dura y perdurará hasta que ella, la mar, y yo, pasemos la página de nuestro invisible entendimiento y nos manden a la residencia del olvido. El poeta, junto a las malvas; la diosa azul y arena, sepultada por los torpes que la gobiernan y por el cambio climático, que dicen.
Sentadico en la terraza de mi apartamento, al oreo de sus dos brisas, con la paz en el alma y la mirada lejos, muy lejos, me atreví a escribirle estos versicos a mi novia de sal y agua. Uno que es así...

Tiene la tarde caderas de espuma
y labios azules con sabor a sal y arena.
La piel húmeda de la mar refulge
en el oro de esta hora,
y un murmullo de vida aérea
acompaña la canción antigua de las olas
mientras sumerjo la memoria
en las páginas del tiempo,
a la vera de una vida que me inunda
y a deshoras me acogota,
a la orilla amable de otra playa imaginada,
con la misma canción quebrada en el anhelo,
con el mismo verso roto sobre tu playa.

(Más AFOTICOS sobre el evento)

jueves, 9 de abril de 2009

Jueves Santo


En esta noche de santos ritos,
Dios de lo inefable,
viéndote clavado allá en tu cruz de carne
sustancia de todos mis pecados,
me confieso culpable de amor
porque huí de tus caricias,
temeroso de que en una de tus sonrisas
el ánimo a quererte me venciera
y en la tentación cayera
de abandonar hábitos consumados,
sólidamente fundados
en manías,
rutinas,
bostezos de noche
y grises horarios de día.