miércoles, 30 de abril de 2008

In the middle of summer


El rasgar de una guitarra rompe el aire denso de la noche juliana, llenándola de extraños coloquios que de puntillas entran en la plaza recortada en negros cantos de grillos. El silencio es un grito que brota de paredes y piedras. Es noche cerrada.

Han dado las tres y el campaneo ha resbalado perezosamente por el severo perfil de la torre de la iglesia, dejando luego huecas las callejuelas; tras su paso, la oscuridad esbelta de la palmera se cimbrea imaginando fantasmas y dulcineas en cada esquina.
La imperceptible brisa crece y se hace ventarrón por momentos; con aires chulescos cual valentón ebrio, tropieza en las puertas de las casas y bate persianas con ganas de gresca.

En un poso de noche la luna derrama su plata y el sueño del cristal emerge, refulge, despierta con su luz niña el éter cansado del estío. Allá por las sierras que circundan el horizonte de la ciudad, se vislumbran amaneceres eléctricos y el empedrado centenario parpadea por un momento deslumbrado. Luego no queda nada; algún tambor lejano late equivocado y el chaparrón que se acerca, saluda, mira y luego se aleja.

El parlamento mudo de dos farolas baña de oro blanco los diminutos rostros de miles de mosquitos disfrutando de su última noche; su incesante aletear pone un ronquido breve en la plaza.
Los balcones se asoman a ella mirándose los unos a los otros con severa reserva, escondiendo la vida detrás de sus negras rejas. Julio-1999. Cieza.

jueves, 24 de abril de 2008

Certitud


Repasarle los pasos a la tarde
que como un suspiro de oro se desvanece.
Sentir la serena caricia de la soledad no impuesta,
o el aletear del sueño amigo
después de haber agotado las horas
en los caminos sin solución del tiempo,
tras el suave holgar al arrullo de algún recuerdo,
de un libro distendido,
de una mujer ensoñada e idealizada en la distancia.

Descansar de los trabajos y sus prisas,
del desear para poseer,
del tener que te pierde y te ata.
Tentar al cielo con el color callado y austero
de una vida sin espantos,
paso a paso,
viviendo el sonoro silencio
del agua,
de la tierra,
del aire y del fuego,
sin que apenas se me note cuando llego,
sin que apenas se me llore cuando me pierda en mis sueños.
(By courtesy of Shlevs, Prince of Tranquility)

Luz de la memoria


La ilusión apenas roza
medio dormida
la suave ladera de luz de la mañana.
Denso y aturdido,
el yo todavía enamorado
construye argumentos
entre la nada propia y la ajena.
La tuya,
palabra en el viento,
la mía,
discurso ahogado en tu silencio.

lunes, 21 de abril de 2008

Estío insomne


Las calles lucen sombras escondidas
bajo el pequeño latir de luz de los faroles.
De vez en cuando,
un pincel violáceo llena con su parpadeo eléctrico
el cerrado vacío de las alturas;
un murmullo de gigantes
pasea su profecía de agua
por las calladas esquinas de la noche.
El reloj de la cercana iglesia
ha puesto dos ecos de bronce en la desolada plaza
y una mano de viento
pasa páginas de sueño
de persiana en persiana…

(By courtesy of Shelvs, Prince halfsleeping)

viernes, 18 de abril de 2008

Observatio


La lluvia afuera le hacía caminos de agua
al ensueño,
mientras un rumor de besos que de ti nacían
escribía leyendas invisibles
en mi cerebro.
Me dejé llevar por la soledad del momento,
atrapado por la calidez del recuerdo.
El frío, el gris del otoño, el tiempo,
imaginaban al mundo tras las ventanas de la estancia.
Adentro,
envuelto en un silencio casi táctil,
crepitaba el deseo.
Llegó la tarde,
airada, tenuemente soleada,
y acaeció la noche con su luna negra
y su infinito lamento de luces y sombras.
En el viento
habían sonatas de búhos en celo,
y envuelto en la distancia se escuchaba
el parlamento monocorde de algún perro.

(By courtesy of Shlevs, Prince of Calm)

Visions


Certitud de la noche.
Minerales caballos
ensortijados de estrellas.

(By courtesy of Shlevs, Prince of Galaxies)

jueves, 17 de abril de 2008

(Destraler) Respuesta a un solitario


Al leer tu nueva despedida del foro, que espero sea temporal como la anterior, me seduce la idea de copiarte algo del gran Fray Luis de León cuando en su poema “Canción de la vida solitaria” dice:

¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido


Cultivar un jardín es, al igual que el escribir un poema o una canción, o pintar un cuadro, la imagen emergente conque la belleza viste las experiencias del alma, siempre oscuras, llenas de hondos vacíos en donde relumbran luces desconocidas que dibujan nuestros perfiles en las paredes viscosas de la vida; así debió verse Jonás los tres días que estuvo en el vientre de la ballena, fecundando, incubando la nueva imagen de su vida, la necesaria para cumplir con el mandato de su Dios que el mismo había postergado.

Otros emprenden caminos llenos de aventura y riesgo como Ulises y Telémaco, ambos al común encuentro, el del Padre con el Hijo y el del Hijo con el Padre...Otros, ayudados unicamente con la música de su arpa como Tristán, se meten de lleno en la mar procelosa sin timón ni gobernalle, pero todos buscamos lo mismo.

Nuestros “modernos héroes”, a su manera, también se lanzan a la mar en una odisea llena de alcohol, de sexo desenfrenado, de drogas, de miedos, de inseguridades, hasta que un día se encuentren con el agua al cuello y se le ocurra a sus almas hasta ese momento amordazadas, gritad aquello de: !Dios, ayuda, que perecemos!”
Y hasta es posible que, dejando de mirar por un momento a la tormenta que pinta en todo horizonte de la vida, después de escuchar ese dulce “ven” del Maestro, se echen al agua y se vean como Simón andando sobre las olas, con los ojos fijos allí donde no deberíamos apartarlos jamás.

Tú a tu huerta, yo a mis poemas, a mis hijos, a mi esposa, a mis alumnos, a mis amigos, a mis olas, con el arpa de Tristán apenas, como Jonás, no queriendo entrar en el vientre de la dicha y prefiriendo -de momento- estar en la oscuridad del vientre de la ballena, dando vueltas y más vuelas al desierto hasta que toda esta generación de miedos que habitan en mí mueran y la semilla nueva, si es que crece algún día, sea merecedora de contemplar las mieles y las uvas de la Tierra Prometida.
Un abrazo y hasta siempre, amigo.

miércoles, 16 de abril de 2008

Speranza


He esperado en las sendas del amor
a que su dueño y señor
me trajera
todo lo que de mis sueños brota
cada noche desde mundos imaginados,
mientras las estaciones de la vida
cuelgan sobre cada deseo mío
el imposible de que aparecieras,
al torcer la noche las esquinas del tiempo.
Pero si el dueño del camino viniera,
dile que me fui con la última estrella
de la mañana
envuelto en la hojarasca del otoño,
ebrio de mirarte sin los ojos,
cansado y viejo de tanta espera.

(By courtesy of Shlevs, Prince of Hope)

Sunset


Cuando el día va agotando sus excesos
y la noche se asoma con sus sombras alargadas,
un instinto primario me llena de magia y hechizos
mientras se desvanece mi forma;
y lo que era vano bajo el sol del mediodía,
se vuelve denso y reverbera
bajo la brisa oscura de las estrellas.

martes, 15 de abril de 2008

Pheleus Fogg


Pheleus Fogg abrió los ojos y ante él ocurrió el prodigio. Justo cuando acababa por llegar a los confines de la tierra, el sol asomó una ceja por entre las cortinas de lluvia y un tímido rayo de luz alumbró la esperanza. La densa oscuridad de la que había manado el diluvio durante años pareció ladearse por un instante.
Luego lentamente apartó el paraguas de su cabeza y se atrevió a mirar a la luz cara a cara. A sus espaldas un eco lejano de truenos resonó con furia, pero Pheleus sabía que aquella coral informe ya era una disonancia en el tiempo y que el futuro acababa de comenzar de nuevo sobre el mundo.
-Un apropiado momento para una buena taza de té -se dijo.
-¿Con una nubecita de leche, Pheleus? -sugirió una voz desde lo alto.
Pheleus dudó por un instante, pero luego pensó que no era cosa de desperdiciar tal ofrecimiento.
-Gracias, comandante. Me encantaría; la ocasión se lo merece- contestó por fin.
Y en aquella tarde, sentados frente a una humildísima mesa en donde reposaban unos bollitos calientes y dos tazas de té -una con leche y la otra sin-, con los cielos abriendo más y más parcelas de azul, Pheleus y el mismísimo Dios firmaron la paz.

(By courtesy of Shlevs, Prince of Rain)

viernes, 11 de abril de 2008

Eterno surrealismo


Nacido en Polonia y formado en el Departamento de Arquitectura del Colegio Politécnico de Varsovia, Rafal Olbinski emigró a los Estados Unidos de Norteamérica en 1982, donde muy pronto se estableció como un prominente pintor, ilustrador y diseñador.
Por su obra ha recibido más de cien importantes premios incluyendo las medallas de Oro y Plata del Club de Directores de Arte de Nueva York y también las medallas de Oro y Plata de la Sociedad de Ilustradores de Nueva York y Los Angeles.
En 1994 fue galardonado con el Oscar Internacional por 'El Poster más Memorable del Mundo' y el Premio Savignac en París. El mismo año recibió la distinción Revista Creativa a la Mejor Ilustración Británica en Londres. En 1995 su afiche, fruto de un concurso por invitación sancionado por un jurado a cargo del Alcalde Rudolph Giuliani, fue elegido como el Poster Oficial de 'Nueva York, Ciudad Capital del Mundo'.
Puedes ver algunos de sus trabajos SI CLIKEAS AQUÍ, o también AQUÍ o AQUÍ

lunes, 7 de abril de 2008

Modificando la realidad


La realidad puede ser dura, áspera, cruel e inhóspita muchas veces, pero gracias a los logros de la fotografía digital, podemos imaginarnos otra realidad más amable, o más intrigante, o más sorpresiva, o más.....
En esta web puedes comprobar lo que se puede hacer manipulando todo aquello a lo que hemos titulado como "real":HAZ CLICK AQUI

NOTA: Haciendo click sobre los enlaces que aparecen en la web, podéis ver más de lo mismo, pero con tratamientos distintos.

jueves, 3 de abril de 2008

Karen


Allí estaba ella,
sentada tras los ventanales de la cafetería
charlando con unas amigas.
Nos saludamos como tantas otras veces,
supongo que ella a mí por pura cortesía.
Yo, con un deseo inmenso de besar
aquellos labios carnosos,
vivos,
frontispicio de aquella boca sensual,
amplia y con sabor a dulzura y a pasión.

Ha pasado el tiempo
en que algo podría haber ocurrido entre nosotros...
Digo "algo" para contraponerlo a la "nada", que se entienda.
Pero aquellas manos de dibujo perfecto,
aquellos brazos perfilados
por el amor que aquella mujer podría haberme dado
permanecen vivos
en los archivos más ardientes de mi memoria; todavía...
Sé que los días irán amortiguando las imágenes;
dudo que lo hagan con el deseo...

Me muevo por caminos desconocidos
envuelto un tanto en la desesperanza,
en la tristeza,
en despedidas de cosas y acontecimientos
a los que no podré acceder jamás ya en esta vida.

Karen es por lo tanto como el releer una y otra vez
el mismo capítulo
emocionante y emocionado de una parte de mi vida,
episodio en el que todavía era hombre para enamorar
a mujeres bellas, jóvenes o en el esplendor de su madurez;
ando por lo tanto en esos adioses definitivos
que me sumen en la desesperanza, en la nostalgia....

Pero de vez en cuando entreveo,
allá a lo lejos,
entre visos de irrealidad y de deseo,
otros horizontes que ya no están por estos pagos.
Otras vidas que viviré
desde la conciencia que no me abandona
desde que me conozco,
quizá desde siempre,
desde esa eternidad
en la que forzosamente debo creer cada día más
conforme me adentro
en las salas de las despedidas de este tiempo mío
en el que me muevo con demasiada lucidez, tal vez...

Tras la torpe primavera en la que reinó Lucille,
vino la diosa,
llamó con suavidad a mi puerta,
apenas la oí llegar,
tan ocupado estaba yo en forjar en la memoria
el recuerdo de la mujer 10
que acabó abandonándome por la realidad de un futuro
esculpido a maza y cincel; no a base de sueños
como el que yo le ofrecía, en sueños también, claro...

Ayer la volví a contemplar tras la cristalera de la cafetería Vogue.
Me hizo un gesto con su mano mientras me ofrecía
su sonrisa picara y gozosa
de la que hace unos pocos años disfruté.
Allí estaba la diosa,
maravillosamente maravillosa,
asentada su cabeza de romana belleza
sobre su delicioso y esbelto cuello
bajo el cual se pintaba el negro elegante de un suéter
que realzaba la rubiez mate de su cabello.
Karen apenas vio lo que mi mirada añorante escondía tras el saludo;
tampoco hubo tiempo para otra cosa que un adiós apresurado
que apenas duró dos o tres segundos.

Adiós, Karen,
te sigo deseando, le dije con mis ojos.
Adiós, Karen,
espero volver a verte.
Quiero creer en teorías que predicen eternidades,
en palabras que componen versos
llenos de recuerdos jamás perdidos,
siempre vivos,
fáciles de reencontrar y de revivir.
Quiero creer en todo ello,
por ti, querida,
por volver a sentirme cerca de tu aliento,
cerca de tus labios,
tantas veces besados en mis proyectos de futuro junto a ti.
Quiero creer,
necesito creer....
¿Qué somos sin la fe?